Carrero
y Arias
--------------------------------------------------------------------------------
En 1972 el General Franco tiene 80 años y deja la Presidencia
del Gobierno al Almirante Carrero Blanco que es asesinado por ETA
a finales de 1973. Le sucede Carlos Arias Navarro cuyos propósitos
aperturistas, expuestos en su discurso de investidura, se quedan en
agua de borrajas.
|
Franco
y Carrero Blanco a bordo del yate Azor
En 1973
el franquismo da sus últimos coletazos. El Caudillo deja en
manos del almirante Luis Carrero Blanco la Presidencia del Gobierno
para quedarse sólo con la Jefatura del Estado. El poder real
reside desde los años 60 en las manos del Opus Dei, que va
ocupando los lugares de mando del país.
A la
muerte de Carrero Blanco en el atentado perpetrado por ETA el 20/12/1973,
le sucede, por decisión de la familia Franco, Carlos Arias
Navarro, ya ministro de la Gobernación y antiguo director de
la seguridad nacional:
un viejo represor.(aqui)
Carlos
Arias no le gusta a nadie: tiene el hombre propósitos "aperturistas"
que consisten en reformar las Leyes Fundamentales (la Constitución
del Franquismo), cuyas holguras habrían de dar margen suficiente
para la evolución, según expone en su discurso a las
Cortes del 12 de febrero de 1974. Estas admirables inquietudes de
Carlos Arias y de los "reformistas" del régimen no
pueden gustar a los integristas del Franquismo, no ya al bueno de
Franco que está en las últimas, sino a los jerarcas
que no quieren conservar tampoco el status quo, sino incluso regresar
a las esencias de los años cuarenta. Pero tampoco agrada el
Gobierno de Arias Navarro a la oposición democrática,
evidentemente puesto que no sólo no es democrático,
sino que además, en su discurso del 24 de junio de 1975 el
Presidente del Consejo de Ministros define una trinidad de principios
inmutables:
1) exclusión
radical del comunismo "en sus tendencias, grupos o manifestaciones",
que incluye a cualquier grupo con connotaciones obreras reivindicativas.
Quedan pues excluidas de la posibilidad de legalización un
gran número de organizaciones ya sea políticas o sindicales.
2) La
afirmación de la unidad nacional, que deja fuera de discusión
cualquier reivindicación nacionalista y cualquier proyecto
autonómico.
3) El
reconocimiento de la forma monárquica del Estado.
Franco
ha abandonado en 1972 la Presidencia del Consejo de Ministros, que
siempre ha sido su "Parlamento de bolsillo": tenían
los ministros una función de meros consejeros del dictador,
puesto que jamás se adoptaba una decisión colectiva
opuesta a una decisión del jefe supremo. En palabras de Diego
López Garrido, "el Consejo de Ministros era un apéndice
de Franco". En las etapas de Carrero Blanco y Arias Navarro,
en las que Franco ya no preside el Consejo, éste sigue siendo
el baluarte frente a tesis aperturistas que provienen de todos lados,
incluso de pequeños segmentos del ejército.
Franco
muere y nace un Rey
--------------------------------------------------------------------------------
A la
muerte de Franco, Juan Carlos de Borbón es coronado Rey de
España. Su discurso de coronación es esperanzador para
quienes piden un sistema democrático, pero Juan Carlos I confirma
en la Jefatura del Gobierno a un Carlos Arias que durante meses sigue
llorando por el recién difunto Caudillo. El Rey decide así
cesar a Carlos Arias.
La muerte
Foto
clandestina del Caudillo ingresado en el
Hospital La Paz de Madrid.
Franco
muere a las 4.20 de la madrugada del 20 de noviembre de 1975 y es
enterrado en el Valle de los Caídos. Juan Carlos I es su sucesor
como el mismo Franco había decidido el 22 de julio de 1969,
con base en la ley de sucesión de 1947, en la que se decía
que "la jefatura del Estado corresponde al Caudillo de España
y de la Cruzada, Generalísimo de los Ejércitos, don
Francisco Franco Bahamonde" (art. 2) y que a él le estaba
reservado el derecho de designar al sucesor.
Algo nace
La coronación
se lleva a cabo el 22 de noviembre en las Cortes, con asistencia de
Jefes de Estado y de Gobierno que se han negado a asistir al entierro
del General.
Y dice
el nuevo monarca en su discurso: "Hoy comienza una nueva etapa
de la historia de España... Una sociedad libre y moderna requiere
la participación de todos en los foros de decisión,
en los medios de información, en los diversos niveles educativos
y en el control de la riqueza nacional. Hacer cada día más
cierta y eficaz esa participación debe ser una empresa comunitaria
y una tarea de gobierno". Franco ya empieza a revolcarse en la
tumba.
El
Jefe del Estado,
S.M. Juan Carlos Iº.
El
primer problema que debe afrontar el Rey Juan Carlos, es decidir
a quién colocar en las presidencias del Gobierno, del Consejo
del Reino y de las Cortes. Decide finalmente mantener a Carlos Arias
como Primer Ministro, siguiendo los consejos de la familia Franco,
de los consejeros del Reino y del Cardenal Tarancón. Y con
la ayuda de Arias Navarro consigue que su antiguo preceptor, Torcuato
Fernández Miranda, sea nombrado Presidente de las Cortes
y del Consejo del Reino. Es un catedrático de Derecho Político
hábil e inteligente, tímido y brillante, pero antipático
y distante, odiado por los franquistas, que ocupó interinamente
la Presidencia del Gobierno tras la muerte
del almirante Carrero Blanco, y que tiene estudiada la forma en
que se puede producir la reforma del Régimen.
Carlos
Arias remodela su gabinete el 12 de diciembre de 1975, dando entrada
a ministros "reformistas" como Manuel Fraga, que es la verdadera
cabeza visible del Gobierno. Oficialmente el programa es la reforma
(la llamada reforma Arias/Fraga), pero la cosa no funciona: no cuenta
con el apoyo de las fuerzas de la opsición democrática
simplemente porque el Gobierno no cuenta con ellas para formular sus
decisiones. Pero es que además, la fórmula innegociable
de Fraga consiste en el bicameralismo, la composición oligárquica
del Senado y una irresponsabilidad política de derecho del
Gobierno ante las Cortes que, como en la Inglaterra georgiana, debería
evolucionar en unos decenios hacia el parlamentarismo. El Rey intenta
convencer a Arias de la conveniencia de acelerar el proceso, pero
se encuentra con que el presidente contesta "Sí, Majestad",
y no hace nada, e incluso hace lo contrario de lo que el Rey sugiere.
El búnker, como son conocidos los leales a Franco, sigue teniendo
mucho poder.
Discurso
del rey
'Como
rey de España, título que me confieren la tradición
histórica, las Leyes Fundamentales del Reino y el mandato legítimo
de los españoles, me honro en dirigiros el primer mensaje de
la corona que brota de lo más profundo de mi corazón.
[...]
La
Patria es una empresa colectiva que a todos compete. Su fortaleza
y su grandeza deben apoyarse por ello en la voluntad manifiesta de
cuantos la integramos. Pero las naciones más grandes y prósperas,
donde el orden, la libertad y la justicia han resplandecido mejor,
son aquellas que más profundamente han sabido respetar su propia
Historia.
La
Justicia es el supuesto para la libertad con dignidad, con prosperidad
y con grandeza. Insistamos en la construcción de un orden justo,
un orden donde tanto la actividad pública como la privada se
hallen bajo la salvaguardia jurisdiccional.
Un
orden justo, igual para todos, permite reconocer dentro de la unidad
de lReino y del Estado las peculiaridades regionales, como expresión
de la diversidad de pueblos que constituyen la sagrada realidad de
España. El Rey quiere serlo de todos a un tiempo y de cada
uno en su cultura, en su historia y en su tradición.
(mensaje
de la Corona el 22 de noviembre de 1975)
La
destitución de Arias Navarro
En junio
de 1976, a Su Majestad no le queda más remedio que sustituir
a Arias Navarro, pero eso no es fácil. Hay mucho escrito sobre
la dimisión de Arias Navarro y sobre el nombramiento de su
sucesor. Páginas emocionantes que aquí resumiré
brevemente.
Su
Majestad con Arias Navarro
En esos
días el Rey realiza su primera visita de Estado a los Estados
Unidos. Allí provoca el aplauso general y entusiasta en un
discurso ante senadores y congresistas en el que nada de lo que dice
tiene que ver con lo que defiende su Primer Ministro en Madrid. Nada
más volver a Madrid, su propósito es el de cesar a Arias
Navarro, pero se encuentra con una situación espinosa: se entera
de que es el estamento militar el que le va a enviar una carta pidiéndole
la destitución de Arias, acusado de ser demasiado tolerante
y por lo tanto débil: la proclamación del Rey da lugar
a una amnistía que pone en la calle a unos pocos presos políticos
(Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius...); las fuerzas democráticas,
aún no legalizadas, impulsan toda una ola de huelgas y manifestaciones
que al grito de "Amnistía y Libertad" ponen al Gobierno
contra las cuerdas. Arias da la culpa de estos sucesos a los jueces,
a la prensa, a la Iglesia y al "erotismo que lo invade todo"
(sic), pero los militares quieren una respuesta contundente. Además
Manuel Fraga, ministro de la Gobernación, declara al The New
York Times que "algún día tendrá que ser
legalizado el Partido Comunista". Esto ya pasa de castaño
oscuro.
Juan
Carlos se da cuenta de que tiene que destituir a Arias con urgencia,
antes de que le llegue la carta de los militares pidiéndole
el cese: "Esto no puede seguir, so pena de perderlo todo... Yo
tenía que tomar una decisión difícil pero la
he tomado. La pondré en ejecución de golpe, sorprendiendo
a todos" le dice confidencialmente a José María
de Areilza, ministro de Asuntos Exteriores, el 1 de julio, poco antes
de recibir privadamente a Carlos Arias y decirle que agradece sus
servicios a la patria y a la Corona, pero que los nuevos tiempos exigen
nuevos políticos. Dicho y hecho: Arias, cuentan que sorprendido,
dimite allí mismo.
Parece
ser que Juan Carlos ya sabe a estas alturas a quién quiere
como sucesor de Arias, pero necesita que el Consejo del Reino le dé
ese nombre en una terna, sobre cuya base él habrá de
decidir. El sábado 3 de julio Torcuato Fernández Miranda
sale de la última reunión pronunciando la célebre
frase: "Estoy en condiciones de ofrecer al Rey lo que me ha pedido".
Adolfo,
te quiero pedir un favor»
--------------------------------------------------------------------------------
Adolfo Suárez acepta la oferta de Juan Carlos I para presidir
un nuevo Gobierno, con el objetivo de reformar el sistema.
|
Adolfo
Suárez, un anónimo funcionario franquista con pinta
de jefe de planta de El Corte Inglés, ministro en el gabiente
de Arias, espera impaciente la llamada de Su Majestad desde mediodía
de ese mismo sábado: las voces de Palacio y algunas alusiones
de Su Majestad le dan como candidato a sustituir a Arias Navarro.
Así es que cuando poco después de las cinco de la tarde
suena el teléfono y el Rey le dice: "Adolfo, ¿qué
haces? ¿Quieres venir a tomar café?", él
acepta, con serenidad viste un traje azul oscuro y conduce su Seat
127 hasta la Zarzuela, residencia del Rey, el cual le recibe al instante
y pronuncia otra célebre frase:
Adolfo, te quiero pedir un favor. Acepta la Presidencia del
Gobierno.
Ya era hora contesta Suárez.
"Ya
era hora" porque hacía meses que corrían voces
sobre Suárez presidente y porque Arias era un cadáver
político desde hacía mucho tiempo. Durante toda su presidencia
tuvo en su despacho un gigantesco retrato de Franco, que era su punto
de referencia más firme y al que citaba en sus discursos más
que al Rey. Quizás quisiera reformar el régimen, pero
permaneció atormentado por las dudas entre sus fidelidades
y su ignorancia de cómo hacerlo. Amaba hablar en privado del
Rey llamándole "el niño", y decir que no lo
soportaba durante más de diez minutos.
El Gobierno
Suárez, que jura su cargo ante el Rey el lunes 5 de julio,
no es bien recibido por nadie, ni por el búnker ni por la oposición
democrática, ni por los "reformistas": ni Fraga ni
Areilza quieren seguir en el Gobierno, que es conocido como el Gobierno
de los penenes (siglas de la denominación Profesores No Numerarios),
que quiere significar que Suárez se ha visto obligado a buscar
a personalidades menores para componer el ejecutivo.
Tras
un paquete de medidas económicas tomado en agosto, en el que
se suprime el impuesto de plusvalías de origen bursátil,
que recibe escasa atención por su "carácter veraniego"
y que no impide que la Bolsa siga bajando, en septiembre el nuevo
Gobierno da a la luz su proyecto de reforma política: se irá
a "...las primeras elecciones a Cortes para constituir un Congreso
de 350 diputados y elegir 207 senadores". Dicho proyecto debe
ser aprobado por los dos tercios de las mismas Cortes y luego refrendado
por los españoles. El primer paso es tremendamente difícil:
¿cómo van a votar a favor de la democracia los procuradores
de las Cortes franquistas? ¿Cómo van a votar a favor
de su propia desaparición?
La
reforma política
--------------------------------------------------------------------------------
Al harakiri de las Cortes franquistas le sigue el sí de
los españoles al proyecto de reforma política y la preparación
de las primeras elecciones democráticas a Cortes desde febrero
de 1936. Las situaciones política y social son muy difíciles.
El
harakiri.
El 18
de noviembre ocurre la magia, el milagro: más de los dos tercios
necesarios de las Cortes franquistas votan a favor del proyecto de
ley, firmando pues su misma acta de defunción. No queremos
ni pensar en las promesas que convencieron a los jerarcas franquistas:
la magia tuvo seguramente algún truco.
A este episodio se le da el nombre de el harakiri.
El 15
de diciembre de 1976 se celebra el referéndum, en el que el
94% de los votantes dice sí al proyecto de reforma política,
en las primeras elecciones libres desde febrero de 1936. Libres en
el sentido de que no cabe duda de la veracidad del resultado, al contrario
de lo que pasó con los dos referendos del régimen franquista.
Sin embargo cabe destacar que no es un plebiscito democrático
por la simple razón que las fuerzas de la oposición
todavía no están legalizadas, por lo que sólo
hay campaña institucional a favor de la participación
al voto (Habla, pueblo, habla. .)
y por el sí, y llamamientos a la abstención de las fuerzas
de la oposición, no legales pero toleradas. Circula durante
dicha campaña esta explicación de Miguel Herrero de
Miñón, funcionario entonces del Ministerio de Justicia:
"no es, sin duda, un referéndum democrático, puesto
que no existen las libertades propias de la democracia; pero es un
referéndum para establecer la democracia y las libertades que
le son propias". De todas formas qué duda cabe de que
es un referéndum viciado, puesto que pregunta algo así
como: "¿Quieren ustedes la libertad o no?", sin consultarle
a nadie de qué forma se va a dar esa libertad y dando a entender
que el proceso va a consistir en renovar las leyes del franquismo
para que todo quede redondo, para que no haya discontinuidades. Por
lo tanto las fuerzas democráticas que, inevitablemente, están
a favor de la ruptura, es decir de hacer borrón y cuenta nueva,
replantear todo el sistema, no pueden aprobar el referéndum.
La abstención alcanza el 23% del censo electoral, pero los
que se abstienen rezan porque gane el sí, porque ¿y
si hubiese ganado el no? ¿Se hubiese ido todo el proceso al
traste? Mejor no pensarlo.
Los
meses más difíciles
Se trata
ahora de volver a las urnas para elegir un Congreso y un Senado cuya
misión será constituyente. Pero las dificultades antes
de llegar al momento de esas elecciones serán muchas. Hay quien
dice que los seis meses que transcurrieron entre el 15 de diciembre
de 1976 hasta el 15 de junio de 1977 en que se realizaron dichas elecciones,
fueron los más difíciles de la transición política.
De hecho, la conflictividad laboral y social, el terrorismo, la legalización
de los partidos, los nacionalismos, la situación económica
que va
empeorando día a día...
S.M.
Juan Carlos Iº despacha con el entonces
presidente del gobierno Adolfo Suárez. (Foto EL PAÍS)
Todas
estas cuestiones, entrelazadas y juntas, quieren una respuesta rápida
y el Gobierno no puede dar una alegría a unos pocos sin echarse
encima las críticas de muchos más. Por un lado hay unas
fuerzas democráticas que, puesto que son toleradas, se sienten
en derecho de hacer reivindicaciones, mítines, reuniones y
manifestaciones (y es que estos demócratas, especialmente los
de izquierdas, son como la misma peste); por otro, la extrema derecha,
los nostálgicos, tienen todavía mucha relevancia. Y
no sólo por el número de simpatizantes, sino por quiénes
los controlan: parte del búnker (Blas Piñar, Silva Muñoz),
amplios segmentos del ejército y a saber qué sectores
financieros.
La
tragedia de Atocha
El terrorismo,
reactivado por la extrema izquierda y por la extrema derecha, fue
uno de los principales obstáculos para el proceso de transición
política pacífica. Las muertes causadas por ultraderechistas
el 9 de mayo de1976 en la celebración carlista e Montejurra
y el secuestro por los GRAPO (Grupos Revolucionarios Antifascistas
"Primero de Octubre") de Antonio María de Oriol (11
de diciembre de 1976) produjeron momentos de inquietud generalizada
en todo el país. Uno de los acontecimientos más peligrosos
se produjo el 24 de enero de 1977, cuando a las 10.30 de la noche
un comando de extrema derecha penetraba en un despacho de abogados
laboralistas de la madrileña calle Atocha y asesinaba a cinco
abogados de CC.OO. (Comisiones Obreras). El entierro constituyó
una manifestación de duelo popular que congregó a varios
cientos de miles de personas.
La
situación pre-electoral
--------------------------------------------------------------------------------
Santiago Carrillo vuelve del exilio en un clima extremadamente
violento.
La legalización de todos los partidos políticos hace
de las elecciones a Cortes de junio de 1977 un episodio del todo democrático.
Santiago
Carrillo, secretario general del PCE, regresa del exilio en febrero
de 1976 y vive en España clandestinamente, puesto que todavía
en agosto del mismo año, siendo ya presidente Suárez,
se le niega el pasaporte español. A pesar de estar escondido,
mantiene contactos con las demás fuerzas democráticas
y se deja ver siempre más por las calles de Madrid, con el
fin de forzar un reconocimiento del PCE, cuando todavía ninguna
fuerza democrática ha sido legalizada. Ante dichos atrevimientos
el Gobierno no puede no querer demostrar su autoridad y su eficacia
represora, y la policía lo detiene y lo tiene recluido durante
una semana en los últimos días de diciembre de 1976,
sometiéndolo a vejaciones en comisaría.
No contenta con esto, la extrema derecha pasa a la acción:
el 24 de enero de 1977 se produce la Matanza de Atocha en que resultan
muertos siete abogados laboralistas del PCE. Es un episodio que provoca
muestras de solidaridad y que permite que el PCE demuestre que es
capaz de controlar a sus seguidores: la respuesta de masas al asesinato
de los abogados comunistas es impresionante por la demostración
de fuerza y serenidad. Se da la paradoja que la policía tiene
que proteger a los miembros de un partido que no está legalizado,
mientras que los agentes que detendrán luego a los responsables
de la matanza se negarán a cobrar la recompensa a la que tienen
derecho.
La Matanza
de Atocha es quizás el más grave de una serie de acontecimientos
violentos, que ponen en grave peligro el camino hacia la reforma:
tanto ETA como el GRAPO como, por ejemplo, el MPAIAC (Movimiento para
la Autonomía e Independencia del Archipiélago Canario)
dieron guerra en aquellos meses. En el momento de iniciarse la transición
la totalidad de los nacionalistas vascos se niega a emplear el término
terrorismo para designar a ETA, a pesar de que la misma mata a 26
personas en 1975, 21 en 1976 y 28 en 1977, pasando luego a cifras
mucho más altas (85 en 1978, 118 en 1979 y 124 en 1980). Por
lo que respecta al GRAPO, un grupo maoísta de ciega violencia,
lleva a cabo dos secuestros en diciembre de 1976 que acaban con la
liberación de los rehenes por parte de la policía en
febrero de 1977.
En medio
de este caos, en febrero de 1977 desaparecen los requisitos más
restrictivos para la legalización de los partidos, así
es que todos menos el PCE consiguen la legalidad. En ese mismo mes
Suárez se reúne secretamente con Carrillo y charlan
durante seis horas. Es significativo que el día después
de dicho encuentro, el Gobierno Civil de Madrid prohiba un acto que
los comunistas pretenden convocar ocultándose tras una denominación
inocua; y es que a estos comunistas hay que tratarlos con el bastón
y la zanahoria.
Enrico
Berlinguer, Santiago Carrillo y George Marchais
en Madrid antes de la legalización del PCE.
Cuenta
Carrillo que en su encuentro con Suárez nadie le pone condiciones
a nadie sobre nada, a saber: ni Suárez pide que los comunistas
rebajen el tono de sus reivindicaciones ni Carrillo pretende que el
Monarca salga corriendo del país para instaurar una República
de la que él será Presidente.
Cuenta
Carrillo que Suárez le pide sin mucho entusiasmo, sólo
para cubrir el expediente, que los comunistas se presenten como independientes
a las próximas elecciones, y esto para poder evitar la legalización
del PCE.
Cuenta
Carrillo que él se niega, como se niega a anular el próximo
viaje de Berlinguer y Marchais, secretarios generales de los partidos
comunistas respectivamente italiano y francés, a Madrid donde
se va a celebrar la "Conferencia Eurocomunista".
Cuenta
Carrillo que la reivindicación republicana él ya la
tiene aparcada y en vías de olvido.
Fueran
como fueran los términos de la conversación, lo cierto
es que el 9 de abril de 1977, el Sábado Santo Rojo, el Gobierno
decide la desaparición del Movimiento, el partido único
franquista, y legaliza al Partido Comunista de España y, dos
días después al PSUC (Partit Socialista Unificat de
Catalunya), causando la dimisión instantánea del Almirante
Pita de Veiga, Ministro de la Marina, y el gruñir del Ejército
al completo. Franco se revuelve en el Valle de los Caídos,
Fraga juzga lo sucedido de "verdadero golpe de Estado",
pero la población está de acuerdo en un 45% y en contra
en un 17%.
También
instantáneamente, en los mítines del PCE deja de ondear
la bandera republicana y Carrillo dice: "Los que silban no saben
que no hay color morado que valga una nueva guerra civil entre los
españoles". La reivindicación republicana no volverá
a la boca de un dirigente del PCE hasta bien entrada la etapa Anguita.
El 17
de marzo Suárez ha promulgado el decreto de amnistía
para los presos políticos, el 28 de abril se legalizan los
sindicatos y, finalmente, el 13 de mayo llega de la URSS Dolores Ibarruri,
la Pasionaria, presidenta del PCE.
Las elecciones
del 15 de junio van a ser del todo democráticas, aunque qué
duda cabe de que muy poco tiempo se ha dejado al PCE y a los demás
partidos democráticos para organizarse en la legalidad.
Partidos
políticos
Los
socialistas
--------------------------------------------------------------------------------
La joventud, la modernidad, el apoyo internacional, la preparación
a través de encuestas de mercado de la campaña electoral
y el esfuerzo por reunir a fuerzas afines, consiguen hacer del PSOE
el segundo partido más votado del país.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es el que va a
recoger el masivo voto de izquierdas. Tras la muerte de Franco consigue
dar una imagen de juventud, de dinamismo, de capacidad de organización,
de aceptación internacional, que hace que la mayoría
de la población acabe identificándolo con la oposición
al régimen. Del 5 al 7 de diciembre de 1976, antes de la legalización,
el PSOE organiza su primer congreso tras la
muerte del dictador, el primero en España tras 32 años,
el XXVII Congreso del partido, reuniendo en Madrid a personajes de
la talla de Willy Brandt, presidente de la Internacional Socialista,
Olof Palme, Primer Ministro de Suecia, Bruno Kreisky, Primer Ministro
de Austria, Anker Joergeson, Primer Ministro de Dinamarca, el aplaudidísimo
líder socialista chileno Carlos Altamirano, el italiano Pietro
Nenni.Todos
ellos han llegado para legitimar como secretario general de los socialistas
españoles a Felipe González, que encabeza el partido
junto a Alfonso Guerra desde el anterior Congreso de Suresnes.
Felipe González y Alfonso Guerra
La retórica
utilizada en el 27º Congreso es extraordinaria:
Altamirano
propone unir los esfuerzos de comunistas y socialistas para construir
un bloque anticapitalista de clase,
- se
usan positivamente palabras como marxismo y República,
- se
rechaza cualquier posible acomodo con el capitalismo,
- se
renueva la voluntad de mantener una escuela pública única,
- se
propone administrar la justicia mediante tribunales populares elegidos
por los ciudadanos,
- se
quiere implantar en España un modelo nuevo no implantado
en ningún país.
Todo
esto euforiza a los militantes, mientras que, de cara al electorado,
el lenguaje es extremadamente más moderado y consigue concentrar
votos. Además, el PSOE logra reunir bajo sus siglas a Convergencia
Socialista, de procedencia católica, y a otras agrupaciones
socialistas, como por ejemplo a los catalanes del PSC, que durante
el franquismo han llevado una vida prácticamente autónoma.
Felipe González no conecta en cambio con el Partido Socialista
Popular (PSP) de Enrique Tierno Galván, teóricamente
más radical, pero que atrae en la práctica un voto
más intelectual, diríamos que azañista, y obtiene
6 escaños en las elecciones.
La simpatía y el carisma de Felipe González junto al
populismo de Alfonso Guerra, son en buena parte los responsables de
que el PSOE pase del 10% que le vaticinan las encuestas antes de la
campaña electoral al 29% (118 escaños) que consigue
el 15 de junio.
Los
centristas
--------------------------------------------------------------------------------
La UCD reúne a la sopa de letras de las formaciones moderadas
para sacarle provecho al carisma de Adolfo Suárez.
La Unión
de Centro Democrático (UCD) es un invento de Adolfo Suárez
para sacarle provecho a su imagen en las elecciones. Como alguien
ha escrito, "Suárez coaliga partidos y partidetes, en
su mayoría compuestos por amigos y amiguetes, plenamente consciente
de que todos los militantes de aquella gran coalición caben
en un taxi; eso sí, en un taxi antiguo". Helos aquí:
Partido Demócrata Cristiano (Álvarez de Miranda), Partido
Socialdemócrata (Fernández Ordóñez), Unión
Socialdemócrata (Eurico de la Peña), Partido Socialdemócrata
Independiente (Gonzalo Casado),Federación
Socialdemócrata (José Ramón Lasuén), Partido
Popular (Pío Cabanillas), Federación de Partidos Demócratas
y Liberales (Joaquín Garrigues Walker), Partido Demócrata
Popular (Ignacio Camuñas), Partido Progresista Liberal (Juan
García Madariaga), Partido Liberal (Enrique Larroque), Partido
Social Liberal Andaluz (Manuel Clavero), Partido Gallego Independiente
(José Luis Melián), Acción Regional Extremeña
(Enrique Sánchez de León), Acción Canaria (Lorenzo
Olarte), Unión Demócrata de Murcia (Pedro Pérez
Crespo). "A buena parte de estos líderes no los conocían
ni en su casa y su militancia probablemente excediera las previsibles
dimensiones de un taxi, pero no las de un microbús". Más
concretamente, la UCD es un intento de llevar a las urnas los propósitos
del grupo Tácito, que nace durante los últimos coletazos
del dictador y está formado por moderados del régimen.
En noviembre de 1976 nace el Partido Popular que aglutina a personalidades
muy diversas entre las que destacan José María de Areilza
y Pío Cabanillas, ambos ex altos funcionarios franquistas y
en este momento ministros del gabinete de Adolfo Suárez. El
congreso del Partido Popular celebrado en Madrid en febrero de 1977,
tiene una envergadura notable, comparable a la del congreso del PSOE
de diciembre anterior. El Partido Popular es el mayor de una coalición
llamada Centro Democrático, de la que Suárez consigue
desplazar a Areilza. ¿Por qué? Areilza es un buen orador
que puede, aunque muy pálidamente, hacer sombra al actual Primer
Ministro, y además no es hombre del todo moderado. De hecho
acaba en las filas de Alianza Popular, el partido de derechas por
excelencia. Finalmente desembarca en la coalición para dirigirla
otro ministro de Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, del que seguidamente
habrá que hablar con más detenimiento. Calvo Sotelo
adopta la denominación definitiva del partido añadiendo
el término Unión.
De los
candidatos a las elecciones de la UCD un 36% es independiente léase
colaboradores moderados del franquismo; del resto, un 17% procede
del Partido Popular y un 12% de los demócratas cristianos.
De los 165 diputados que la UCD obtiene en las urnas (34% de los votos),
un 17,5% han sido procuradores de las Cortes franquistas.
De los
partidos de centro que no figuran en el taxi de la UCD destaca la
Democracia Cristiana (DC), que mirando a Italia está convencida
de que va a arrasar en las elecciones. Por varias razones, entre las
cuales quizá la principal sea que España no es Italia,
la DC apenas consigue unos pocos senadores en colaboración
con otras fuerzas de izquierda.
El
gobierno de UCD (1979-1982)
- El
gobierno de Adolfo Suárez
Cumplida
su tarea constituyente las Cortes fueron disueltas y se convocaron
nuevas elecciones para el 1 de marzo de 1979.
Adolfo
Suárez volvió a ganar con el 35 % de los votos emitidos.
En los meses siguientes se recrudecieron los actos terroristas, y
las presiones involucionistas añadieron dificultad a las negocicaciones
de los estatutos de Autonomía de Cataluña y País
Vasco, que finalmente fueron aprobados. En marzo de 1980 se celebraron
las primeras elecciones autonómicas en ambas comunidades, que
dieron el triunfo a los nacionalistas en los dos casos: CiU en Cataluña
y PNV en el País Vasco.
Estos
dos resultados aumentaron las tensiones entre los 'barones' de las
distintas tendencias políticas integradas en UCD. También
crecieron las críticas al presidente Suárez, que se
encontró cada vez más aislado y carente de la capacidad
de reacción que hasta entonces había demostrado. Entre
tanto, el Psoe presentó una moción decensura al Gobierno,
que aumentó el prestigio del líder socialista, Felipe
González, ante la opinión pública.
Finalmente,
el 29 de enero de 1981, Suárez presentó la dimisión.
- El
gobierno de Calvo Sotelo
Para
suceder a Suárez, fue designado Calvo Sotelo. Durante su investidura
en las Cortes, se produjo la reacción más grave contra
el proceso democrático: el intento de golpe de Estado del 23
de febrero de 1981.
Un grupo
de guardias civiles y algunas unidades militares secuestraron al Gobierno
y al Congreso de los diputados, creando la alarma en todo el país
hasta la madrugada de dicho día. La aparición del rey
en televisión, desautorizando a los rebeldes y exigiendo su
rendición, fue decisiva. Los responsables del golpe fueron
detenidos, juzgados y condenados a prisión.
Bajo
el mandato de Calvo Sotelo,el Gobierno impulsó la concertación
social con los sindicatos y los empresarios -Acuerdo Nacional de Empleo
(ANE)- y la aprobación de distintos Estatutos de Autonomía.
De acuerdo con su programa, se tramitóel ingreso de España
en la OTAN, aprobado con la oposición del PSOE y otras fuerzas
políticas. Esta oposición, unida a las nuevas divisiones
dentro del partido, debilitaron el apoyo social a UCD. Las elecciones
de octubre de 1982 pusieron fin a la etapa centrista.
La
derecha
--------------------------------------------------------------------------------
Manuel Fraga y otros nostálgicos franquistas protagonizan
un tan inesperado como contundente fracaso electoral.
A la
derecha encontramos a Alianza Popular (AP), el partido en el que Manuel
Fraga Iribarne, brillante alto funcionario del régimen anterior,
reúne a todos sus amiguetes ex franquistas convencidos: Gonzalo
Fernández de la Mora, Cruz Martínez Esteruelas, Silva
Muñoz, Licinio de la Fuente, Enrique Thomas de Carranza.
La violencia
verbal de Fraga hace que la escasez de su credibilidad democrática
llegue hasta lo más hondo del subconsciente de la ciudadanía,
que le concede apenas 16 escaños, 4 menos que al PCE, dejando
a todos boquiabiertos. «Creemos en la democracia, pero en la
democracia con orden, con ley y con autoridad» dice Fraga el
día en que presenta públicamente a AP, en septiembre
de 1976. Se incorporan más tarde nombres de prestigio indudable
como Carlos Arias Navarro o José María de Areilza, el
búnker en fin de cuentas.
Numerosos
candidatos de Alianza Popular son consejeros de importantes entidades
financieras españolas, por lo que el partido consigue gastar,
según un estudio publicado por el diario EL PAÍS un
año después de las elecciones, 538 millones de pesetas,
aunque las malas lenguas sitúan esa cifra por encima de los
dos mil millones. La subvención estatal posterior le otorga
por los resultados obtenidos sólo 55 millones.
Otros amiguetes ponen su granito de arena en el fracaso electoral
de AP.
El general Alfonso Armada es el secretario de la Casa del Rey y pide
el voto para Alianza Popular a través de cartas firmadas de
su puño y con membrete de la Casa Real. A este episodio le
sigue otro estremecedor: durante una reunión en presencia del
Rey y Suárez, Armada critica abiertamente la legalización
del PCE. El Presidente del Gobierno, por difícil que sea imaginarlo,
le manda cuadrarse. Alfonso Armada dimite de su cargo en Zarzuela,
todavía estando en curso la campaña electoral, oficialmente
para seguir su carrera militar.
Carlos
Arias con Manuel Fraga.
La extrema
derecha
está integrada por Fuerza Nueva (FN) de Blas Piñar,
y Falange Española de las JONS. Estos dos partidos, que no
obtienen representación parlamentaria, recomiendan votar a
AP en aquellas provincias en las que no presentan candidaturas.
Los
comunistas
--------------------------------------------------------------------------------
Una excesiva actitud de corresponsabilidad y un talante anticuado
quizás sean las razones de que el PCE no se haga con el voto
masivo de la izquierda.
El Partido
Comunista de España (PCE) ha sido identificado durantetodo
el régimen franquista con la oposición, porque así
lo ha querido el propio sistemay así lo ha digerido la mayoría
de la población. A diferencia del PSOE, el PCE no ha renovado
su dirección política, encabezada por Pasionaria en la
presidencia y Santiago Carrillo en la secretaría general. Dichos
personajes han sido, durante el régimen, míticos para
los militantes clandestinos, que sufren una ligera decepción
cuando los ven llegar del exilio y descubren que están hechos
de carne y hueso. Pero, sobre todo, durante la campaña electoral,
a Carrillo le falta el gancho necesario para conectar con los jóvenes
y con el nuevo electorado potencial. La falta de gancho se manifiesta
en un lenguaje relativamente moderado, como ya hemos visto, que si bien
ayuda sin duda al desarrollo pacífico de la democracia, deja
al PCE con sólo 20 escaños en las nuevas Cortes.
Carrillo
y Pasionaria
Según
un estudio publicado por el diario EL PAÍS un año después
de las elecciones, el PCE se gasta 150 millones de pesetas en la campaña
electoral, y recupera sucesivamente, gracias a la subvención
estatal por los resultados obtenidos, 44 millones. Quien financia
con créditos es la banca, como sucede con los demás
partidos, y concretamente el
Banco
de Bilbao, presidido por José Ángel Sánchez Asiaín:
esta noticia filtra a través de Europa Press y provoca tensiones
en el consejo de administración del banco, cinco de cuyas sucursales
sufren atentados con bomba simultáneamente en la noche del
18 de mayo de 1977, según recuerda Augusto Delkáder
en su artículo de Memoria de la transición.
A la
izquierda del PCE se sitúa un mosaico de fuerzas (PTE, ORT,
LCR, MC) que intenta absorber el voto de quienes no aprecian el sentido
de moderación que reina en el PCE y en Comisiones Obreras,
el sindicato comunista, cuyo secretario general no apoya la huelga
general organizada para el 16 de mayo de 1977 en Euskadi porque «en
el momento actual, cuando las libertades son todavía frágiles,
creemos que el objetivo fundamental de la clase obrera es consolidar
y desarrollar las libertades. Toda actuación que venga a desestabilizar
es contraria a la clase obrera.»
Las fuerzas
de extrema izquierda se quedarán sin representación
en las nuevas Cortes.
El
nacionalismo catalán
--------------------------------------------------------------------------------
Jordi Pujol es el continuador de la tradición del nacionalismo
catalán burgués.
- En Cataluña
son dos las brancas a las que el nacionalismo ha dado origen durante
el siglo XX:
Una radical, que aboga por la independencia de Cataluña del
resto de España y representada por Esquerra Republicana de
Catalunya (ERC), el partido tradicionalmente de izquierdas a través
del que Francesc Macià y Lluis Companys dieron vida durante
la Segunda República Española a la Generalitat de Catalunya,
el gobierno autónomo que se apoyaba en un Estatuto de Autonomía
aprobado por las Cortes de Madrid en 1932.
- La otra
rama es la representada a principio de siglo por la Lliga Regionalista
de Francesc Cambó y que defiende los intereses de la industriosa
y rica burguesía catalana. Esta segunda vía no tiene
tanto éxito durante la Segunda República, mientras que
se relanza durante los años 70 a través del Pacte Democràtic
per Catalunya (PDC), del que el núcleo principal es la Convergència
Democràtica de Catalunya (CDC) de Jordi Pujol, un hombre siempre
más carismático desde 1976 hasta la actualidad.
Jordi
Pujol nace en 1930 y funda durante el franquismo, junto a su padre,
la Banca Catalana, con la que tiene poder de financiación de
parte de la industria catalana y de alimentación de la especulación
territorial en los años de gran inmigración. Controla
además el Fútbol Club Barcelona, un símbolo de
la identidad catalana frente al centralismo representado por el Real
Madrid, y participa en actos contraculturales catalanistas a finales
de los años 50, cuando el régimen es más duro.
A raíz de uno de estos actos es detenido y torturado por la
policía franquista en mayo de 1960 y permanece en prisión
durante dos años y medio. Este episodio le ha dado siempre
un salvaconducto de hombre de las libertades de un pueblo reprimido,
y a pesar de su talante conservador y de los intereses que defiende,
hoy en día hablar mal de Pujol en Cataluña, incluso
con los sectores más progresistas de la izquierda, es como
insultar al padre de todos los catalanes. La identificación
por parte tanto de todos los españoles como, inconscientemente,
de los catalanes, de este hombre con la entera población de
Cataluña es singular.
Masiva
manifestación en Barcelona el 11.09.77
pidiendo las instituciones históricas.
En 1976
los principales partidos políticos catalanes son, a la izquierda,
el Partit dels Socialistes Unificat de Catalunya (PSUC), de orientación
comunista y que se asocia, para las elecciones de 1977, al PCE, el
Partit Socialista de Catalunya (PSC) de Joan Raventòs, socialista,
que se asocia al PSOE, y ERC liderada por Heribert Barrera; a la derecha
están el partido de Pujol y Unió Democràtica
de Catalunya (UDC), con origen en los años de la República
y liderado ahora por Anton Canyelles. Éstos y otros de menor
representatividad electoral están reunidos en la Assemblea
de Catalunya desde 1971 y la exigencia de todos es el reconocimiento
por parte de la nueva Monarquía de la Generalitat abolida por
Franco en 1939 y mantenida en vida en el exilio por Josep Tarradellas.
Éste, hombre anciano y que está empezando a afrontar
en Francia serias dificultades económicas, no quiere que nadie
negocie en Madrid su vuelta del exilio. Pujol sin embargo desobedece
estas recomendaciones y se suma a las conversaciones que el Gobierno
Suárez mantiene con la oposición todavía oficiosa.
Es aquí
donde empieza a crecer la estatura (política) de Pujol, que
ha acabado por ser tan alto que todos hablan de él, en los
años 90, como de un gran estadista. Sin duda ha sabido imponer
en la vida política española las exigencias de la burguesía
catalana. En este sentido, sus coaliciones electorales (PDC en 1977
y sucesivamente Convergència i Unió (CIU)), son concentraciones
de lobbies, desde la de la patronal, hasta las del potente gremio
de pasteleros o la de la asociación de excursionistas.
El
nacionalismo vasco
--------------------------------------------------------------------------------
La sustancial desaparición del PNV durante el franquismo
provoca el nacimiento de ETA, un grupo de muchachos revoltosos que
darán guerra en España durante muchos años. He
aquí un intento de historia de ETA.
En el
País Vasco, al que durante el franquismo se llama Vascongadas,
la Segunda República ha dado vida a un Gobierno autónomo
muy poco antes del inicio de la Guerra Civil. El partido nacionalista
más representativo era entonces el Partido Nacionalista Vasco
(PNV), de origen burguesa, que ha mantenido un gobierno en el exilio
y ha tratado, tras el final de la IIª Guerra Mundial, de hacer
escuchar sus razones en los USA y ante las Naciones Unidas, sin que
éstas hayan hecho nada para devolver a España su Gobierno
legítimo. La actividad política ante los foros internacionales
contrasta con el estancamiento de la lucha de las cabezas visibles
del PNV en el País Vasco, y quizás sea esta la razón
por la que un grupo de jóvenes pertenecientes al partido se
desgaja en 1958 y crea la Euskadi eta Askatasuna (ETA), un grupo político
cuyos principios son "el independentismo innegociable, las posiciones
radicales en la estrategia política, los contenidos de un socialismo
humanista o el recurso a las armas si fuera preciso para expulsar
al invasor, unidos al deseo de hacer tabula rasa de toda la inoperancia
y el colaboracionismo anteriores". "ETA gustaba proclamarse
antiespañola y no antifranquista solamente... ETA creía
que la desaparición del franquismo con la implantación
de algún tipo de democracia, no iba a traer sin más
la libertad de Euskal Herria".
Las acciones
violentas de ETA empiezan con algaradas callejeras que acaban con
numerosas detenciones y se hacen cada vez más visibles a partir
de su Vª Asamblea (1967), inmediatamente seguida por el asesinato
del exponente policial Melitón Manzanas, conocido como el torturador
de Irún. Si durante los últimos años del franquismo
los asesinatos de ETA son vistos por el resto de partidos políticos
con presencia en el País Vasco y en el resto de España
si no con benevolencia al menos sin decidido rechazo, a partir de
la muerte del dictador empiezan a ser unánimemente condenados
como obstáculos a la transición democrática.
Las
perspectivas abiertas por la muerte del dictador llevan a la separación
de ETA en ETA político militar (los poli-milis, ETA-pm)
y ETA militar (ETA-m), siendo la primera propensa a acompañar
la lucha armada con una acción política constructiva,
mientras que la segunda prefiere inventarse una guerra contra
el resto de España, guerra a la que seguirá criminalmente
jugando durante muchos años.
Mario
Onaindía pasó de ETA-pm a EE
Ante
las elecciones de 1977, una parte de ETA-pm abandona la lucha armada
y entra a formar parte del partido de izquierdas Euskadiko Ezkerra
(EE), que obtiene un escaño, mientras el resto de la organización
queda como brazo armado del partido. La distancia entre ETA-pm y EE
se va ensanchando, la primera pierde fuerza y acaba por disolverse
en septiembre de 1982. Mientras tanto ETA militar asesina sin criterio
a periodistas afines, simpatizantes del PNV, militares, políticos,
niños, amas de casa, pero eso sí, se enorgullece de
ser ahora "la única ETA", apoyada a partir de 1978
por Herri Batasuna (HB), que es su brazo político.
El PNV
por otro lado vuelve a recoger el voto nacionalista moderado, como
el PDC en Cataluña.
Resultado
de las elecciones. El nuevo Gobierno
--------------------------------------------------------------------------------
El Gobierno que sale de las urnas es de UCD y Adolfo Suárez
su Presidente. La resolución de la situación económica
y la escritura de una nueva Constitución son los dos grandes
objetivos del nuevo Gobierno.
Las elecciones
las gana la UCD por mayoría relativa, y las urnas arrojan varias
sorpresas: el PSOE arrasa y le quita muchos votos de izquierda al
PCE, mientras que AP, que ha hecho una larga y carísima campaña
electoral, obtiene unos resultados muy modestos. Los resultados electorales
se hacen esperar varios días simplemente por la inexperiencia
en el escrutinio de los votos.
El 4
de julio de 1977 Adolfo Suárez jura nuevamente ante el Rey
el cargo de Presidente del Gobierno, junto a sus nuevos ministros.
En la fórmula de juramento por primera vez no se hace referencia
al Movimiento, ni el notario mayor del Reino, Landelino Lavilla, responde
eso de "Si así hacéis, que Dios os lo premie; y
si no, que os lo demande".
El nuevo
gabinete, el tercero de la Monarquía, y el primero legítimo
democráticamente después del del Frente Popular del
16 de febrero de 1936, es expresión de las diversas componentes
de UCD. Hay un solo militar: el teniente general Gutiérrez
Mellado, persona de talante moderado, sin duda de origen franquista
pero actualmente un demócrata seguro, que recibe el cargo de
Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Defensa. Las otras dos vicepresidencias
van respectivamente a Enrique Fuentes Quintana (economía) y
a Fernando Abril Martorell (asuntos políticos), ambos altos
funcionarios en tiempos de Franco y ahora políticamente independientes,
sin duda moderados y senadores designados por el Rey. Otros ministros
son Francisco Fernández Ordóñez (Hacienda), socialdemócrata
asimilado a UCD que tendrá una impresionante carrera política,
Alberto Oliart (Industria y Energía), independiente, muy estimado
por el Rey como se verá más tarde, Joaquín Garrigues
Walker (Obras Públicas), empresario liberal integrado a la
UCD y Landelino Lavilla (Justicia), ya ministro en el anterior Gobierno
y por lo tanto senador por designación del Rey.
Son dos los objetivos principales de las Cortes recién elegidas:
dar una solución a la dramática situación económica
y social del país y elaborar una Constitución que formalice
la renovada situación democrática.
La
Constitución: análisis
--------------------------------------------------------------------------------
Algunos aspectos económicos y, sobre todo, la organización
territorial del Estado, son las partes más originales de la
actual Constitución española.
La
constitución de 1978
Las Cortes
nacidas de las elecciones del 15 de junio de 1977 tenían como
tarea principal la elaboración de una Constitución que
sirviera de base para una nueva etapa de normalidad democrática,
dentro de un Estado de derecho similar al de los países de
nuestro entorno europeo.
El proyecto
fue discutido por las Cortes y aprobado por amplia mayoría
el 31 de agsoto de 1978. El 6 de diciembre de ese mismo año
se sometía a consulta del pueblo español en un referéndum
que le otorgó el apoyo del 87,9% de los votantes. Tras la entrada
en vigor de la Constitución se disolvieron las Cortes y se
convocaron nuevas elecciones de acuerdo con lo previsto en ella.
Definida
la forma de Estado, los títulos de la Constitución que
se refieren a los derechos de los ciudadanos reciben un fuerte impulso
del ponente socialista, que exige la detenida enumeración y
no la simple remisión a tratados internacionales.
También
en lo económico y en lo social la Constitución recibe
la influencia decidida de las fuerzas de izquierda: aun definiéndose
el sistema económico español como una economía
social de mercado, como en el resto de países occidentales,
hay una serie de artículos que hablan, por ejemplo, del acceso
de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción,
de la subordinación de la riqueza al interés general,
de la planificación. Una retórica inspirada en la reciente
revolución de los claveles portuguesa y que jamás ha
sido aplicada.
Muy progresista
es el título IX, también debido principalmente a Gregorio
Péces-Barba, según el cual corresponde a los poderes
públicos garantizar la igualdad de los derechos de todos los
españoles.
Sin embargo
es el título VIII, referente a la organización territorial
del Estado, el más original, debatido, y finalmente ambiguo.
Se trata de incluir las fuertes reivindicaciones nacionalistas vasca,
catalana y gallega y las incipientes valenciana, canaria y andaluza,
esta última sin el sentido histórico o geográfico
de las otras, pero fomentada por el PSOE. Y esta inclusión
de reivindicaciones debe satisfacer al mismo tiempo a quienes se sienten
diferentes de los demás y al principio de igualdad de todos
los ciudadanos.
La situación vasca es complicada. Los nacionalistas exigen
en 1977 (como en 1998) la restitución de los fueros precedentes
a 1839, por los que el País Vasco gozaba de una soberanía
compartida con el Monarca español. Por otro lado, lo que en
1839 se dejó a las tres provincias vascongadas es un concierto
económico, es decir un trato especial respecto al resto de
España por lo que se refiere al pago de impuestos. Franco,
tras la Guerra Civil, deroga este concierto a Vizcaya y Guipúzcoa,
que se han opuesto a su invasión, mientras que lo sigue permitiendo
en Álava, que ha adherido inmediatamente al alzamiento.
La solución que da a todo esto la Constitución de 1978
es: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble
unidad de la nación española, patria común e
indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza
el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones
que la integran y la solidaridad entre todas ellas». A parte
de los larguísimos debates que llevan a aceptar el término
nacionalidades, este texto no diferencia el grado de autonomía
que pueden alcanzar una nacionalidad y una región, que además
no están definidas ni individualizadas.
Además
describe, en otro artículo, dos ritmos diferentes para que
el Estado conceda esta autonomía, pero no cierra el tema de
la diferenciación.
La Constitución
proclama su respeto por los derechos históricos de los territorios
forales (además de los tres territorios vascos, no olvidemos
Navarra), pero no precisa en qué consisten estos derechos.
El constitucionalista Francisco Rubio Llorente escribe que «se
trata de una concepción en cierto sentido provisional, que
no incluye, ni para acogerla ni para rechazarla, la visión
catalana y vasca... En este extremo fundamental, nuestra Constitución
sigue estando abierta, inconclusa», lo cual no es en sí
negativo.
(Información
obtenida de historia/vespito.net)
|